Según explica la médica infectóloga Liliana Calanni ( MP 1550), en Neuquén por el momento no hay circulación autóctona de virus. Los casos que se ven son viajeros retornando de lugares con alta circulación de dengue como provincias del norte argentino, Buenos Aires, Córdoba, y otros países de Latinoamérica, en quienes se recomienda cumplir medidas para prevenir picaduras de mosquitos.
Es importante evaluar la posibilidad, dependiendo de la duración del viaje, zona, condición de cada persona, si requeriría colocar la vacuna para dengue. Son dos dosis con intervalo de tres meses para lograr el efecto deseado .
La vacuna que actualmente disponemos es a virus vivo atenuado para los cuatro tipos, estudiada en pacientes de 4 a 60 años.
En mayores de 60 años no hay datos de seguridad y eficacia con lo cual los especialistas deberán evaluar individualmente riesgos y beneficios.
Por otro lado, Calanni advierte que “como con cualquier vacuna a virus vivo atenuado, hay pacientes que no la van a poder recibir, como el caso de embarazadas, aquellos que tienen alteradas las defensas por enfermedad de base o tratamiento que pueden estar recibiendo como corticoterapia, quimioterapia, trasplantados, u otra terapia de supresión.
Entre las poblaciones que se pueden beneficiar con las vacunas, hay que tener especialmente en cuenta a los pacientes que ya tuvieron dengue, porque una nueva infección puede ser más severa, pacientes añosos y con comorbilidades que tienen mayor posibilidad de complicaciones.
Con respecto a los síntomas, pacientes febriles que regresen de zonas endémicas deben consultar para evaluar en forma precoz. En caso de sospecha, se le toma una muestra de sangre, se le dan pautas de alarma como dolor abdominal, vómitos que no se pueden contener, si somnolencia o cuadros de hipotensión y seguimiento.